Para ver en casa

En mi casa suelen decirme que soy una persona negativa y no lo niego. Tal vez por esta característica de mi personalidad, me pareció divertida la película Yes Man!(¡Sí señor!), protagonizada por Jim Carrey, porque me imaginaba estar obligada a decir que sí a todo y lo poco que duraría con esta terapia.
Voy a ser sincera, este cómico no es de mis actores favoritos, siempre me parece que quiere copiar al viejo Jerry Lewis.
En esta película, interpreta a Carl Allen, un hombre bastante negativo que se ve enredado en un seminario de autoayuda que proclama el poder del Sí. A partir de esto, tiene que decir que sí a todo lo que le propongan, haciendo su vida emocionante, divertida, llena de aventuras y también de situaciones delirantes.
Buena cinta (¿el uso de esta palabra denota la edad?), para pasar el rato y reírse un rato con los freaks de Harry Potter o la anciana vecinita.

Otra película que miré recientemente es Agust Rush , la historia de un huérfano que lleva la música en su interior.
Mientras conocemos al pequeño Agust (Freedie Highmore), se narra la historia de sus padres en flashbacks. Un guitarrista irlandés muy carismático (Jonathan Rhys Meyer) y una chelista de la alta sociedad (Keri Russell). Como consecuencia de un breve romance que los marca de por vida, nace este niño que demostrará tener un talento musical extraordinario, mientras busca a sus padres por las calles de Nueva York.
Me resultó increíble por momentos, con escenas que no están bien explicadas y poco lógicas.
La música es el hilo conductor de la película, une la vida de los distintos personajes, incluyendo al villano Robin Williams que interpreta un personaje muy de Dickens.
Nominada al Oscar por mejor canción (Raise it up), es recomendable para quienes disfrutan de las historias mágicas y la buena música.


Pero la verdadera recomendación de esta entrada es una película vieja, Historias de Filadelfia (The Philadelphia Story, 1940).

Para quien vea la fecha y se horrorice, debo decir que este clásico del cine dirigido por George Cukor, es una película profeminista.
Esta historia fue pensada para que la protagonice un ícono del cine como lo es Katherine Hepburn. Ella misma se encargó de negociar con los estudios los diferentes aspectos de la adaptación para el cine de esta obra teatral.
Para ello, escogió a otros dos símbolos cinematográficos como lo son Cary Grant y James Stewart.
A pesar de ser una historia sencilla, es una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos.
Centrada en la próxima boda de la aristocrática Tracy Lords (Katherine Hepburn), quien está por casarse nuevamente tras un escandaloso divorcio de C.K. Dexter Haven (Cary Grant), quien llega sin ser invitado y con un par de periodistas de encubierto. En ese fin de semana, Tracy se replanteará varias cosas sobre la vida y el amor, en medio de un triángulo amoroso entre su prometido, su ex marido y el periodista de cotilleo Macaulay Connor (James Stewart).
Tiene escenas memorables y para aquellos que nunca la vieron, a pesar de la simplicidad del relato, se duda hasta el final cual será la elección de Tracy.