No me voy a poner a contar la historia de ninguna de las dos, creo que ya he hablado suficiente de ellas en otras entradas, Mi intención es compartir dos obras de ellas que, casualmente, tienen algo en común.
Lady Susan es una pequeña historia escrita en la juventud de Jane Austen en presentación de novela epistolar, aunque fue publicada después de su muerte.
Son 41 cartas escritas por distintos personajes de la historia, por lo que se puede ver la hipocresía, las mentiras, las diferentes versiones sobre lo mismo y, de esta manera, hacernos un cuadro de cada miembro de una familia de la burguesía rural.
Lady Susan Vernon es una viuda de unos treinta y tantos, que desea casar a su hija de 16 años por conveniencia, sin tener en cuenta los deseos de su hija.
Como en otras de sus novelas, dos temas centrales están en centro, los matrimonios por conveniencia y la burguesía rural inglesa.
A través de las cartas, irá armando un rompecabezas que nos retrata a Lady Susan, como una persona atractiva aunque falsa y manipuladora, a la que no le importan los sentimientos de los demás ni las apariencias. Es una protagonista fuera de lo común, en lugar de heroína, es más bien una malvada. El lugar de doncella en apuros, estará en la figura de Frederica, su hija, tímida y temerosa de su madre..
Una novela corta, divertida, con el ingenio y la ironía que ya comenzaba a mostrar una muy joven Jane Austen.
La edición que leí, tiene un posfacio de Eduardo Berti, que cita a Somerset Maugham quien define la obra de esta gran autora.
"En sus libros no pasa gran cosa y, sin embargo, cuando uno llega al final de la página, quiere seguir leyendo con curiosidad. El novelista que logra eso posee el don más preciado de cuantos se pueden poseer".
¿No creen que es una definición de lo más justa y acertada?
"Habría sido la predecesora de Henry James y de Proust- pero ya es suficiente. Vanas son las especulaciones; la artista más perfecta entre las mujeres, la escritora cuyos libros son inmortales, murió justo cuando estaba empezando a sentir confianza en su propio éxito".
Así termina, Virginia Woolf, el capítulo dedicado a Jane Austen en el libro "El lector común".
Además de ser una de las grandes escritoras del siglo XX, por su forma de escribir, innovadora, Woolf era una lectora voraz.
Este libro consta de un repaso de grandes obras y autores que la marcaron. Es un diálogo con el lector ordinario, con el que lee sin tener formación académica. Es como una charla de café junto a un amigo con el que se conversa sobre un autor y sus obras.
"El único consejo, en verdad, que una persona puede dar a otra acerca de la lectura es que no se deje aconsejar, que siga su propio instinto, que utilice su sentido común, que llegue a sus propias conclusiones".
Defoe, Jane Austen, las hermanas Brontë, George Eliot, Joseph Conrad, Thomas Hardy, Elizabeth Barret Browning, entre otros, desfilan por sus comentarios, dejándonos análisis de sus obras y comentarios que se guardan en la memoria.
"Pero la mente de Elizabeth Barret era vivaz y secular y satírica. No era una erudita. Los libros no eran para ella un fin en sí mismo, sino un sustituto de la vida. Corrió por las páginas porque tenía prohibido corretear por la hierba"
Con esta bella frase, nos describe un período en la vida de esta gran poetisa que tendría una vida teñida por las dolencias y el romance.
Dos libros diferentes en tema y forma, pero igualmente admirables, para deleitarse en la lectura de dos grandes.