Como una apasionada de comprar, acumular y disfrutar de los libros y las librerías, una novela que toque el tema de la pasión por leer y escribir, es una tentación.
Hacía mucho tiempo que quería leer el libro de Helene Hanff, una novela epistolar entre ella y su librero en épocas duras para los británicos que intentaban volver a la normalidad después de la segunda guerra.
Esta escritora que sobrevive en New York y que, debido a sus excentricidades literarias, suele solicitar a una pequeña librería londinense sus extraños pedidos de autores que ya no son publicados o pocos conocidos.
Comenzando con unas cartas estrictamente de carácter comercial, a medida que se avanza, las cartas van mutando de a poco, hasta convertirse en cartas entre comerciales y amistosas, donde la distancia no impide que se presten ayuda y se creen lazos de amistad.
Es un libro que habla sobre libros, pero también sobre relaciones entre los seres humanos.
Dos cosas me han pasado con esta lectura a la hora de analizarla. La primera fue que di con ella gracias a cumplir mi sueño de conocer una librería en particular, un sueño que la escritora no pudo cumplir, ya que cuando al fin pudo viajar a Londres, la librería ya había cerrado y su viejo amigo ya estaba fallecido.
Cuando pude viajar a Buenos Aires el año pasado, quise conocer la librería Grand Splendid, allí encontré varios libros que me traje para Santa Fe, más los maravillosos recuerdos de ese lugar tan hermoso. Entre ese grupo, vino conmigo 84, Charing Cross Road, que al ser un libro de pocas páginas, casi me lo termino mientras disfrutaba del café/escenario que se encuentra en este ex teatro.
Lo segundo que me hizo pensar es que, a pesar de las distancias, se pueden conocer personas con gustos similares a los nuestros y, a través de blogs, mails, facebook, o el medio escogido en la actualidad (que a veces incluye cartas), se pueden realizar amistades y sentir esos lazos de amistad existen aunque tal vez nunca lleguemos a conocernos en persona.
Post Data: sumo un lugar más que me gustaría visitar sin algún día tengo la fortuna de viajar a Londres.