martes, 28 de mayo de 2013

La esclavitud según Hollywood

No puedo creer que esté llegando el fin de mayo y no me haya hecho el tiempo de hacer una miserable entrada en el blog.
Así que hoy, me auto-obligo a sentarme un rato frente al ordenador a decidir qué contar de tantas cosas que he leído y visto.
Finalmente me decido por algo de cine que vi hace como tres meses. Tres meses! En fin, más vale tarde que nunca.

La esclavitud en América fue diferente en cada país del continente. En mi país, la mayoría eran personal de servicio y los "exterminaron" en su mayoría mandándolos a las distintas guerras siempre encabezando las batallas.

En Estados Unidos fueron el principal recurso de enriquecimiento de los terratenientes sureños, quienes tenían mano de obra gratuita y sin derechos para sus plantaciones.

Este año vi dos películas sobre el tema, con dos visiones muy diferentes, dirigidas por directores totalmente distintos.

La primera fue Django Unchained (Django desencadenado), de Quentin Tarantino, director que no es santo de mi devoción por su tendencia a la violencia demasiado gráfica.
La historia es un homenaje (como los que le gusta realizar al cineasta) a los filmes estilo "spaghetti western". Un cazarrecompenzas de origen alemán, el genial Christoph Waltz, busca capturar a tres hermanos. Para esto, le promete al esclavo Django (Jamie Foxx), darle la libertad si lo ayuda a atraparlos.

Este trabajo es sumamente poco habitual, ver un hombre de color a la par de un blanco causa alboroto por donde pasa. La sociedad entre ellos se convierte en amistad y el "dentista" de ideas igualitarias, King Schultz se roba casi todas las escenas.

Como en todo film con un héroe, también tiene que existir la damisela en apuros, en este caso, la esposa que aún se encuentra esclava Broomhilda (Kelly Washington). Ambos planean recuperarla de su dueño actual, un joven heredero repulsivo a cargo de Leonardo DiCaprio. 
Por supuesto, los planes no salen como esperaban, todo se complica y, como bien se espera de Tarantino, el público termina salpicado de tripas, sangre y sesos.

Es entretenida, exagerada, grotesca. Waltz está sencillamente impecable y tiene su Oscar bien ganado.
Tiene momentos muy graciosos (como la escena del Ku Klux Klan), y pequeños momentos bizarros, como volver a ver a Don Johnson o que aparezca Franco Nero, un icono en este estilo de películas y que se hizo famoso por su papel de Django.
Mi única y mayor queja, la exagerada duración de la película.

Poco después, se estrenó la esperada Lincoln dirigida por Steven Spielberg. Entrando en el género biopic, se concentra en la presidencia del famoso presidente norteamericano durante la última parte de la Guerra Civil, en especial, cuando decide presentar la enmienda que prohibe la esclavitud.

Me pasó dos cosas con esta película. Una, me di cuenta que una historia cuando está bien contada y actuada, puede atraparte aunque no sea un tema de tu conocimiento. La segunda, que desde ahora en adelante, el rostro que vendrá a mi mente cuando piense en este presidente norteamericano se me confundirá con el de Daniel Day Lewis.

Como desconozco en detalle la historia de los Estados Unidos, no puedo opinar sobre lo verídico de los hechos que se presentan. Lo cierto es que la carrera contra reloj para lograr los votos necesarios para aprobar esa ley, antes que la guerra termine y el sur tenga opción de oponerse, convierte la película en un thriller político altamente entretenido que nos muestra que la política es sucia desde hace tanto que da vergüenza.

El elenco es impecable, que Danielito es un excelente actor es indiscutible. Que Sally Field (que interpreta a su esposa), es muy buena actriz, nadie lo duda. Tommy Lee Jones,  como uno de los congresistas, logra grandes momentos emotivos y también David Strathairn, como la mano derecha del presidente. Pero también hay otros grandes actores en pequeños papeles que terminan redondeando una excelente película sobre los trapos sucios de la política, aún bajo la tutela de una de las figuras emblemáticas de los parientes del norte.

Comentario aparte para los personajes de James Spader, que es uno de los enviados a "conseguir" los votos necesarios y para el de Lee Pace, que a pesar que me encanta, hace un rol repulsivo por lo que respresenta su ideología.

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