Para variar, un poco de cine

Aunque últimamente no estoy disfrutando de muchas películas, tengo algunas pendientes de comentario.

Blue Valentine es una triste historia de amor. Triste porque desde el presente de una pareja que se cae a pedazos, recorremos su historia como enamorados.
Cindy y Dean son dos jóvenes distintos. Ella es una chica de clase media con aspiraciones en su vida. Él, es uno de los tantos jóvenes que han sufrido una niñez dolorosa y que se conforma con sobrevivir.
Las circunstancias los acercan y él se enamora locamente, al punto de hacer un sacrificio amoroso que no cualquier hombre aceptaría. Creo que ella, por algún tiempo, lo ve como a un príncipe azul, como un héroe que la salvó de un gran problema. Pero el tiempo, la convivencia, sus círculos distintos, los alejan y la pareja comienza a trastabillar.
Grandes actuaciones de Michelle Williams y Ryan Gosling, dos actores jóvenes que sorprenden con su interpretaciones. Un drama del tipo independiente, que reboza realismo, porque en la vida, no todo es color de rosa.
Un cuestionamiento, la nominación al Oscar para ella y no para él. Creo que ambos lo merecían.

Love and other drugs, es otra historia de amor diferente. En este caso, la diferencia radica en que ninguno de sus protagonistas quiere enamorarse y, aunque la cabeza diga algo, el corazón muchas veces no escucha.
Maggie es una artista, una mujer independiente que sufre una enfermedad como el Parkinson. Jamie, es un muchacho que proviene de una familia de médicos, que abandonda la escuela de medicina y entra como vendedor de fármacos de la empresa que lanza el Viagra.
Los dos comienzan la relación como aventura de una noche, que la necesidad de compañía, de sentirse junto a alguien, los irá uniendo sin querer.
Como fondo, el trabajo de él, lo que aporta los momentos graciosos a este drama romántico con algo de comedia.
Anne Hathaway siempre me cae bien, en este papel está muy creíble, como una mujer que se enfrenta con un futuro terrible y que se niega a mostrarse vulnerable. Jake Gyllenhaal acompaña con una actuación agradable.

Revolución es una película argentina que narra un momento en la vida de un prócer como José de San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú.
Por el bicentenario de la revolución, juntos a los numerosos festejos, el gobierno nacional encaró el proyecto de filmar la vida de algunos de los héroes nacionales. En el 2010, se estrenó la película sobre Manuel Belgrano y, este año, le tocó el turno a San Martín.
En lugar de tomar toda su vida, toma la campaña del cruce de Los Andes y la batalla de Chacabuco.
Con actores desconocidos, exceptuando a un correctísimo Rodrigo de la Serna (lo vieron en Diarios de motocicleta), que encarna al llamado “padre de la patria”, está bien realizada y filmada en la provincia de San Juan, que hizo las veces de Mendoza. Con la tendencia del revisionismo, nos muestra una historia un poco diferente a la que nos enseñaron en la escuela. Un San Martín humano, con mal carácter y fuertes dolores de estómago producto de su úlcera, que viaja en burro y no en su caballo blanco, que tiene un gran porcentaje de negros y mulatos en el ejército.
Una película para quienes nos gusta la historia argentina.

Río, es la última producción de los mismos creadores de Ice Age.
Blue, es un guacamayo azul capturado de pequeño en Río y que termina viviendo en un frío pueblo de Estados Unidos. Acostumbrado a la seguridad de su hogar, nunca aprendió a volar porque no tuvo necesidad ni nadie que le enseñara. Como es uno de los últimos en su especie, es requerido para que se aparee en Brasil.
Allá viajará junto a su dueña, a vivir aventuras coloridas y llenas de música por las calles de Río en plena época del carnaval.
La vida de las favelas, el fanatismo por el fútbol y por el baile, se verán reflejadas en la película, dirigida por un brasilero.
Blue, su “compañera” Perla, el tucán Rafael, el perro Luis, un canario y un cardenal. Son algunos de los personajes que animan esta historia que habla de la libertad, del amor, del vencer los miedos y también de ecología.
Los chicos la disfrutarán tanto como los grandes, que salimos tarareando su alegre música e intentando no tropezar con los pasos de samba.