
Lejos estoy de ser una conocedora de la obra de Sir Arthur Conan Doyle. Creo haber leído algún libro de esos que son adaptaciones para niños y nada más.
Mi mayor acercamiento al personaje de Holmes, es el doctor House, ese médico políticamente incorrecto pero capaz de desentrañar cualquier misterio.
Desde que se viene anunciando la versión de Guy Ritchie de Sherlock Holmes, me temía una mezcla entre Wild Wild West (1999) y Van Helsing (2004).
Sólo fui al cine porque leí a un par de verdaderas fanáticas hacer comentarios buenos sobre la película.
¿Qué me encontré? Con una película de aventuras, muy entretenida y excelentemente actuada.
No caben dudas de que el personaje de Holmes es un muy popular, es el personaje de ficción que más veces se ha llevado a la pantalla, y todos creemos conocerlo. Lo extraño es, que el hombre maduro de gorra cazadora y pipa larga, al que estamos habituados, no es el que escribió Arthur Conan Doyle. Al igual que la frase "elemental, querido Watson", fueron agregados del teatro y del cine.
Guy Ritchie, trabajó con la idea que Sherlock era "un héroe de acción intelectual", así que no sólo lo veremos al ingenioso, irónico y lógico Holmes, sino que también lo encontraremos peleando con técnicas boxísticas como un Mike Tyson que no necesita recurrir a la oreja de su contrincante.
Robert Downey Jr interpreta a un sarcástico y desaliñado Holmes, que comparte su piso de Baker Street con su leal compañero, el doctor Watson (Jude Law). Entre los dos actores se nota una gran química y sus momentos juntos son los mejores de la película, con diálogos graciosos que demuestran el grado de conocimiento que hay entre los personajes.
Mark Strong, (Mr. Knightley es la versión de Emma de 1997), interpreta al villano, Lord Blackwood, y aunque es un gran actor, el personaje no luce demasiado.
Y como siempre debe haber algún interés romántico, no vaya a ser que a la gente se le ocurra decir que Holmes y Watson eran una pareja gay, aparece Irene Adler (Rachel McAdams), que está lejos de ser una señorita en apuros pero que siento que estuvo de más en la película.
Una recreación del Londres victoriano en una paleta de grises que me gustó muchísimo, un vestuario impecable y una muy buena música, le dan un marco espectacular a la primera entrega de Holmes. Sí, como leyeron, "primera", porque ya se comenta una secuela donde el villano sería el profesor Moriarty.
Cine totalmente comercial, para pasar un buen rato y disfrutar.
Como detalle trivial, la actriz que hace de la prometida de Watson, es Kelly Reilly, Miss Caroline Bingley en Orgullo y Prejuicio.

Los próximos días estaré disfrutando de unas breves vacaciones en Bariloche y alrededores, pero no me alejaré demasiado. Hasta la vuelta.