
La entrada de hoy será dedicada a dos libros y una película que me hicieron sentir que había perdido hermosas horas de mi vida.
El libro Despedida (Hourglass, Claudia Gray), es el tercero de la saga Medianoche. La historia de la semivampira Bianca y el cazador de vampiros Lucas, que comenzó con Medianoche, una academia donde los vampiros van para "modernizarse" y donde hay un joven de una organización que caza vampiros. Pero los planes de Lucas no salen como esperaba y termina enamorado de una semivampira. Dentro del género, no era un mal libro, era una mezcla de Buffy, Crepúsculo, con toque de Harry Potter y una dosis de grata de sorpresa.
El segundo libro, Adicción, que narraba los peligros a los que se enfrentan Bianca y Lucas al huir del internado, me pareció bastante flojo. Sólo llegué a leer el tercero como censora de lectura de una menor de 12 años.
Despedida nos sigue contando las aventuras y desventuras de la joven pareja, que no por ser un año mayores son más inteligentes.
Deja mucho que desear, ya no tiene el efecto sorpresa que caracterizó al primero, y lo que es obvio para el lector, no lo es para los personajes.
Pero nuevamente, lo que a mí no me gustó, a la preadolescente que lo leyó una vez aprobado, le encantó y espera con ansias la traducción del cuarto (y espero que último), libro, Afterlife.

El siguiente libro lo leí por masoquismo. Otra vez vampiros eternamente adolescentes y enamorados.
En este caso, el último libro de la saga The Vampires Diaries, Damon, el retorno. En el final de Invocación (el cuarto libro), Elena vuelve de entre los muertos y no sabemos qué sucederá entre los hermanos Salvatore.
Si Invocación ya resultaba un tanto aburrido, Damón es pesado, lento, tedioso y cansador.
Elena es un ángel? una mariposa gigante? un hada?, vaya uno a saber, lo único que queda claro es que, a pesar de haber vuelto de la muerte, no es más sabia que antes.
Damon es tan malo que cansa y Stephan tan bueno que aburre. Los amigos son cada vez más abnegados.
LJ Smith, gracias a la serie televisiva, decidió retomar la saga y seguir escribiendo. Bien por ella, pero por respeto a los jóvenes lectores, espero que los próximos sean mejores.

Cuando me enteré que filmaban la segunda parte de Sex and the City pensé que no era necesaria. Pero no me disgustaba la idea de volver a ver a Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha.
El problema fue que, al momento de su estreno, nadie estaba interesado en acompañarme y la dejé pasar. La vi recientemente y me alegré de no haber pagado una entrada de cine.
Son dos horas y medias de desfile de modas. Una historia sin sentido sólo para mostrarnos el guardarropas increíble de las cuatro.
No hay dos escenas con el mismo atuendo, ni los mismos zapatos, ni la misma cartera. El sueño de cualquier fashion diva. Pero de argumento, cero, nada.
Una leve y superficial crítica a la vida que llevan las mujeres en los países islámicos y no mucho más.
Un viaje a un país exótico donde son tratadas como reinas y en donde Carrie se encontrará con su ex prometido con el cual se besará. El toque "dramático" será que Carrie le confiesa el incidente a Mr Big, y éste, después de haberla plantado en el altar y haberla hecho pasar por un millón de cosas, reacciona como si fuera algo atroz.
Fueron más de dos horas que me resultaron eternas, porque por más que me gusta la ropas y los zapatos, para eso miro un desfile.
Algunas críticas opinan que fue una celebración a la amistad, a diferencia de la primera, donde reinó el drama. Pero todo es cuestión de gustos.
