
Connor Mead (Matthew McConaughey), es un soltero incorregible que disfruta de hermosas mujeres como si fueran descartables. Es adicto a su trabajo de fotógrafo y no cree en el amor.
Cuando su hermano menor, y única familia se casa, vuelve a la vieja mansión de su fallecido tío Wayne (Michael Douglas), un reconocido playboy al mejor estilo de Hugh Hefner. Una vez ahí,en medio de los últimos detalles de la boda, se comporta como la persona cínica y egoísta que es, hasta que la aparición del fantasma de su tío le advierte sobre tres visitas que recibirá esa noche.
El primer espírtu, es el de sus novias del pasado. Una adolescente ochentosa con la cual tuvo su début sexual después que el "amor de su vida" le rompiera el corazón.
El segundo, es el fantasma de su actual secretaria, quien vive arreglando los desastres amorosos que deja detrás de él, quien le mostrará que hay gente que lo quiere a pesar de todo.
El tercer fantasma, el de su futuro, le muestra a la mujer que amó siempre, Jenny (Jennifer Garner), casándose con otro después de hartarse de esperarlo.
Decide cambiar cuando observa su propio entierro, al que acude sólo su hermano y descubre que le arruinó la vida.
Si el personaje principal se le parece a Ebenezer Scrooge y la trama, a Cuento de Navidad (relato que Charles Dickens escribrió en 1843), es porque Hollywood no se cansa de copiar a los viejos clásicos.
Los Fantasmas de mis ex, es otra comedia liviana para pasar el rato, donde McConaughey vuelve a repetir su papel de mujeriego, lindo y carismático.
Para fines de año, se espera otra adaptación de esta obra de Dickens, con el tipo de animación de El expreso polar y Jim Carrey en el papel de Scrooge.