
Esta semana TNT parece obstinado a hacerme pasar horas frente a su pantalla. Después de transmitir Mujercitas, Realmente Amor y Orgullo y Prejuicio, en un mismo día, hoy se dedicó a engancharme con musicales.
Arrancó con "Los productores" (Matthew Broderick y Nathan Lane) al que ya ví una vez y que no me gustó; para terminar con Rent (Rosario Dawson). Decidí reservar el televisor para las 22, para la versión de "El Fantasma de la Opera" de Joel Schumacher.
La historia original, pertenece a Gastón Leroux, pero esta versión es una adaptación del musical de Andrew Lloyd Weber.
La novela de estilo gótico, se desarrolla en un teatro parisino, donde un hombre aterroriza a todos para atraer a Christine Daaé, una joven cantante.
Christine cree que la voz que la visita es la de un Angel de la Música enviado por su padre fallecido, pero en realidad es Erik, el "fantasma" del teatro temido por todos.
Este es un ser torturado, que esconde su deformidad detrás de una máscara, es un genio musical que compone para el teatro.
Mientras la popularidad como cantante de la joven crece, el vizconde Raoul, un antiguo amor de la infancia de la nueva diva, vuelve a enamorarse de ella.
El Fantasma se sentirá celoso de la pareja y la secuestrará en plena actuación, llevandola a su escondite, debajo del teatro. En esas catacumbas, se producirá la confrontación entre Erik, Raoul y Christine.
Esta novela se ha llevado muchas veces al teatro y al cine, siendo la versión del 2005 la última.
En general tuvo críticas malas, pero hay aspectos que se destacan. La música espléndida, acompañada de una dirección de arte maravillosa y una ambientación romántica de 1870.
Las actuaciones son correctas, los tres actores principales tomaron el riesgo de cantar. Gerard Butler es el "fantasma", demasiado lindo para convertirse en el monstruo aterrador que debería ser. La novata Emmy Rossum es una actriz que ha cantado ópera, pero en ciertos momentos da la impresión que le falta transmitir más emoción en su actuación. Lo mismo sucede con Patrick Wilson, a quien lo he visto en muy buenas actuaciones, aquí se lo nota un poco insulso en su papel del vizconde.
Fuera de estos defectos, vale la pena verla. El romance, la tragedia y el misterio de la novela se dejan observar en la película, con una estética maravillosa en cada escena.
Mis escenas favoritas son, por supuesto, cantadas. La mayor parte lo es. Así que los no amantes de los musicales, ni se acerquen a verla.
La primera de ellas es la canción "All i ask of you", interpretada por Christine y Raoul, se declaran su amor sobre el techo del teatro.
La secuencia coreográfica de Masquerade es preciosa, pero elijo el momento del secuestro de Christine por el Fantasma.
Pronto se estrenará en el teatro Opera de Buenos Aires este musical, que lleva años en cartel y en giras por todo el mundo. Esperemos que tenga la calidad del original y que se mantega mucho tiempo.