domingo, 7 de julio de 2013

¿Acaso soy masoquista? Parte...ya no me acuerdo.

No voy a poner pretextos, diré la verdad de mis grandes ausencias para hacer entradas y comentar los blogs que sigo. Estoy en una relación. ¡Epa! Nooo, ojalá fuese ese tipo! Lo mío es relación amor-odio con internet. Paso por fase odio, donde casi no me conecto más que para chequear mails, ver algo del facebook y no mucho más.

¿Qué diferencia hay entre este fin de semana a otros? Que estoy en cama, haciendo reposo por una "bursitis" algo que no sabía que existía hasta esta semana.La edad no viene sola.

Así que me decidí a emprender una entrada que tengo en la lista interminable de libros y películas que he visto.

Le toca el turno a la segunda y tercera parte de la saga de Christian Grey y su Anastasia Steel. Si, los famosos protagonistas de 50 sombras de Grey, 50 sombras más oscuras y 50 sombras liberadas. La primera parte ya la comenté hace tiempo, declarándome una sumisa más que caía en las garras de este libro erótico-romántico-masoquista.

El primer libro no termina bien, pero sabiendo que hay dos libros más, es obvio que hay más para contar sobre las vidas de Grey y Steel.
Esta segunda parte es un tira y afloje constante entre los dos protagonistas, que si bien han decidido mantener una relación fuera de la común, cada uno querrá que sus necesidades se vean cubiertas, lo que implicará ceder y conceder. 
Engancha, simplemente eso. Lo narra en forma sencilla y una se termina involucrando en las sombras del Grey adicto al control, comenzando a entender mejor sus temores y su necesidad de mantener todo bajo sus reglas.
Nuevos personajes se introducen para embrollar aún más la problemática relación, entres ex sumisas y acosadores nuevos (algo sobrecargado). Pero a su vez, vemos que Mr Grey tiene su corazoncito, aunque tenga un cuarto rojo del dolor (o placer).
Algo que no soporto, ni soporté en el primero, fueron las famosas conversaciones interiores de Anastasia y su "diosa interna", los comentarios, bailecitos y pavadas repetitivas que resultan pesadas.

El último episodio de la saga, todo parece marchar sobre ruedas. El amor a triunfado, todo son "corazones y rosas" y algún azote en el trasero de vez en cuando (con el consentimiento gustoso de la dama). Claro que esto no puede seguir así, por lo que los problemas vendrán, tanto de fuera de la pareja como de dentro.
Todavía hay incógnitas sin resolver sobre el segundo libro que se explotarán en el último, de una forma un tanto increíble por las venganzas caricaturezcas, como demasiado exageradas, para mantener a los Grey en tensión.
A su vez, en la pareja surge un problema que no terminará siéndolo, pero que llevará algunos capítulos de tensión y aprendizaje.

En definitiva, el dominante Christian Grey, termina siendo poco más que un osito cariñoso. The power of love jajaja. TEAM IAN FOREVER!

Dejo de decir pavadas porque está por empezar True Blood y necesito una dosis de bad boy Eric.