domingo, 24 de enero de 2010

Sherlock Holmes, un detective suelto en Londres


Lejos estoy de ser una conocedora de la obra de Sir Arthur Conan Doyle. Creo haber leído algún libro de esos que son adaptaciones para niños y nada más.
Mi mayor acercamiento al personaje de Holmes, es el doctor House, ese médico políticamente incorrecto pero capaz de desentrañar cualquier misterio.
Desde que se viene anunciando la versión de Guy Ritchie de Sherlock Holmes, me temía una mezcla entre Wild Wild West (1999) y Van Helsing (2004).
Sólo fui al cine porque leí a un par de verdaderas fanáticas hacer comentarios buenos sobre la película.
¿Qué me encontré? Con una película de aventuras, muy entretenida y excelentemente actuada.
No caben dudas de que el personaje de Holmes es un muy popular, es el personaje de ficción que más veces se ha llevado a la pantalla, y todos creemos conocerlo. Lo extraño es, que el hombre maduro de gorra cazadora y pipa larga, al que estamos habituados, no es el que escribió Arthur Conan Doyle. Al igual que la frase "elemental, querido Watson", fueron agregados del teatro y del cine.
Guy Ritchie, trabajó con la idea que Sherlock era "un héroe de acción intelectual", así que no sólo lo veremos al ingenioso, irónico y lógico Holmes, sino que también lo encontraremos peleando con técnicas boxísticas como un Mike Tyson que no necesita recurrir a la oreja de su contrincante.
Robert Downey Jr interpreta a un sarcástico y desaliñado Holmes, que comparte su piso de Baker Street con su leal compañero, el doctor Watson (Jude Law). Entre los dos actores se nota una gran química y sus momentos juntos son los mejores de la película, con diálogos graciosos que demuestran el grado de conocimiento que hay entre los personajes.
Mark Strong, (Mr. Knightley es la versión de Emma de 1997), interpreta al villano, Lord Blackwood, y aunque es un gran actor, el personaje no luce demasiado.
Y como siempre debe haber algún interés romántico, no vaya a ser que a la gente se le ocurra decir que Holmes y Watson eran una pareja gay, aparece Irene Adler (Rachel McAdams), que está lejos de ser una señorita en apuros pero que siento que estuvo de más en la película.
Una recreación del Londres victoriano en una paleta de grises que me gustó muchísimo, un vestuario impecable y una muy buena música, le dan un marco espectacular a la primera entrega de Holmes. Sí, como leyeron, "primera", porque ya se comenta una secuela donde el villano sería el profesor Moriarty.
Cine totalmente comercial, para pasar un buen rato y disfrutar.
Como detalle trivial, la actriz que hace de la prometida de Watson, es Kelly Reilly, Miss Caroline Bingley en Orgullo y Prejuicio.

Los próximos días estaré disfrutando de unas breves vacaciones en Bariloche y alrededores, pero no me alejaré demasiado. Hasta la vuelta.

sábado, 16 de enero de 2010

Harry Potter y el cáliz de fuego


La motivación que me ha llevado a emprender la tarea de leerme los siete libros de Harry Potter, es la ansiedad.
Sólo había leído el primero junto a mis alumnos de 5º grado hace ya varios años, pero vi todas las películas. Así fue que, después de haber escuchado a los fanáticos, despotricar ante la última adaptación cinematográfica,y por no poder esperar otro año para ver cómo finaliza la historia, me decidí a empezar los libros que tenía en un estante juntando polvo.
De los tres primeros libros, sólo escogí unas frases por falta de tiempo. En esta ocasión, no tengo excusa, porque estoy disfrutando de mis vacaciones estivales.
El leer los libros después de haber visto las películas implica que cada personaje tenga un rostro definido. Para algunas personas, eso es una desventaja, porque prefieren otorgarle las características a cada uno con su imaginación. A mi no me resulta un inconveniente, y ver las películas me ha servido para no hacer lo que comúnmente hago, leer el final antes de llegar a él.
Cuando uno se sumerge en las historias de Harry Potter, llega a comprender el por qué de la admiración de miles de jóvenes (y no tanto), por estos libros.
A la gran variedad de personajes excéntricos y misteriosos, se le suma un joven mago que debe lidiar con los problemas típicos de su edad pero también con la amenaza constante de la oscuridad, encarnada en lord Voldemort.
Cada libro es una batalla en la que no siempre es vencedor y donde los valores como la lealtad, la amistad y el honor son puestos a prueba.
Harry Potter y el cáliz de fuego es el cuarto libro de la entrega de Rowling y se publicó en el 2000.
La historia se centrará en un torneo donde participan un representante de cada colegio de magia. Harry se verá involucrado en contra de su voluntad y lo veremos pasar las pruebas con la ayuda de sus amigos, un extraño profesor y de un rival.
Los personajes que cambiarán de alguna manera a Harry en este libro son el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Ojoloco Moody, y Cedric Diggory, representante de la casa Hufflepuff.
Ojoloco es un personaje bastante singular que esconde un secreto que afectará a Harry.
Cedric es amable, modesto y un competidor leal y su deceso repentino será la primera experiencia con la muerte en estos libros. Una preparación para la creciente oscuridad de los próximos.
La frase que elijo para la entrada es (cuando no!), parte del discurso del director Dumbledore al final del libro.

"Recuerden a Cedric. Recuérdenlo si en algún momento de su vida tienen que optar entre lo que está bien y lo que es cómodo, recuerden lo que le ocurrió a un muchacho que era bueno, amable y valiente, sólo porque se cruzó en el camino de lord Voldemort. Recuerden a Cedric Diggory".

Una curiosidad, entre los 10 libros más vendidos de la última década, figuran varios de los de Harry Potter y los tres primeros de la saga Crepúsculo. El actor Robert Pattinson ha participado de las adaptaciones de las dos sagas (como Cedric Diggory y Edward Cullen). Si fuera rubio, tal vez habría podido interpretar al monje albino de El Código Da Vinci y así estar en las versiones cinematográficas de todos los best seller de la década pasada.

lunes, 11 de enero de 2010

Glee


Estamos acostumbrados a ver series cómicas que transcurren escuelas secundarias norteamericanas donde los chicos populares acosan y molestan a los “perdedores”.
Entonces, ¿qué tiene de diferente o especial, Glee? En primer lugar, tiene musicales. Sí, también los tiene High School Musical, pero a diferencia de estas películas de Disney, los protagonistas no van cantando por la vida. En segundo lugar, se tratan temas importantes como la diversidad, la homosexualidad o el embarazo adolescente, sin perder el toque de comedia.
Will Schuester, el profesor de español de la escuela William McKinley, quiere revivir el coro del colegio y para ello, convoca audiciones para su proyecto de New Directions. Un puñado de personajes diversos formarán el club Glee por diferentes motivos, el deportista popular, las porristas, los nerds, el gay y las algunas chicas con aires de divas.
La primera temporada consistió en 13 capítulos que mostraron la formación del coro,y cómo fueron superando dificultades hasta lograr, no sólo ser un grupo que comparte ensayos, sino también un grupo de amigos. En medio de los obstáculos que surgen hasta lograr clasificar a los regionales (la mayoría gracias a Sue Silvester, el típico personaje que roba escenas), también veremos los conflictos personales de los distintos personajes.
Glee es todo un fenómeno de audiencia y de ventas de su banda de sonido. Creo que su éxito reside en que es una comedia fresca, con canciones clásicas y de moda, donde los actores (la mayoría proveniente de Broadway), demuestran tener gran talento.
En los próximos Golden Globe competirán por Mejor serie de Comedia o Musical, y en las categorías de Mejor Actor (Matthew Morrison, Will Schuester) y Mejor Actriz (Lea Michele). En Argentina y latinoamérica se puede disfrutar en inglés con subtítulos los jueves a la noche por canal FOX .
Si tenés como placer culposo American idol, estar serie te va a gustar. Una comedia para los que disfrutamos de la música y del talento.

sábado, 2 de enero de 2010

Cine del año pasado


Las dos últimas películas que vi en cine en el 2009 fueron experiencias muy distintas.
La primera fue Los fantasmas de Scrooge, la historia clásica de Dickens filmada con técnica de animación 3D.
Ebenezer Scrooge no es la persona más simpática de Londres. Es un viejo adinerado, egoísta, avaro y de mal carácter. Como es de esperarse, no es amante de la Navidad.
En su vida diaria le hace la vida imposible a su empleado, Bob Cratchit, e ignora a su único familiar, su sobrino Fred.
La noche previa a la Navidad, recibirá la visita inesperada del fantasma de su ex socio, quien le advierte los sufrimientos que le esperan en el más allá si no cambia su forma de vivir. Para ayudarlo a meditar estos asuntos, tendrá la visita de tres espíritus, el fantasma del Pasado, el Fantasma del Presente y el Fantasma del Futuro.
Las tres apariciones intentarán encontrar el endurecido y frío corazón de Scrooge para devolverle la calidez y amor por el prójimo.
"Lo que es notable cuando uno lee Cuento de Navidad -confesó el director de la película, Robert Zemeckis- es que parecería que Charles Dickens hubiera escrito este relato para que fuera filmado. Es tan visual y cinematográfico; y yo deseaba utilizar la última tecnología para lograr recrear la historia tal como creo que Dickens debe haberla imaginado".
Aunque la vi doblada al español, la versión en inglés, cuenta con las voces de Jim Carrey para todos los papeles principales (Ebenezer y los tres fantasmas), Colin Firth (el sobrino Fred) y Gary Oldman (tres papeles, el del ayudante Bob, el de Tim y también del ex socio fallecido).
Es mi primera experiencia 3D y me pareció asombrosa. Mis acompañantes, de 11 y 5 años, estaban enloquecidos y disfruté viéndolos descubrir esta tecnología que hace parecer que estás dentro de la película. Tal vez no es adecuada para niños muy pequeños, no es una comedia y tiene momentos que pueden asustarlos (lo digo por experiencia, el de 5 años se pasó la mitad de la película tapándose los ojos).

La segunda película fue una salida con mi familia. Mi papá pensaba que 2012 se trataría de las profecías mayas y no podía estar más equivocado.
Lo único que tiene en común con las predicciones mayas sobre el posible Apocalipsis, es la utilización de la fecha donde el calendario maya se acaba, lo demás es pura fantasía hollywoodense.
Roland Emmerich parece disfrutar en destruir el mundo, ya lo hizo en El día de la Independencia (1996) y en El día después de mañana (2004).
Esta vez, la historia se centra en Jackson Curtis (John Cusack), un escritor divorciado que luchará para salvar a sus dos hijos y su ex esposa de los sismos que están afectando California. Este hombre tiene la suerte de enterarse que el gobierno es conocedor de los cataclismos que se avecinan y que está construyendo grandes arcas donde se salvarán grandes obras de la humanidad y a aquellos que puedan pagar mil millones de euros.
Mientras el mundo se destruye por terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas, nuestro héroe mantendrá a su familia fuera de peligro,"colándose" en un arca al mejor estilo argentino. El presidente de los Estados Unidos (Danny Glover, una especie de Obama viejo), y el de Italia (no se lo ve, pero me imaginaba a Berlusconi), optan por morir junto al pueblo, mientras que los restantes presidentes importantes, tiene un minuto de conciencia.
Aunque respeto a los que les gusta el cine catástrofe, para mi fueron 158 minutos de exasperante destrucción. Me pareció una historia simplona y hasta ridícula. Prefiero El día después de mañana, antes que esta producción que abusa hasta cansar de los efectos especiales.
¿Qué aprendí? Que sólo los ricos o los políticos se salvarán, que los presidentes son más buenos de lo que pensaba (parece que Obama justificará el degradante premio Nobel que recibió) y que en estos 2 años que faltan, tengo que juntar 1.000 millones de euros.